No a la izquierda...

Hay que dejar bien sentado, la denuncia y la oposición a la izquierda, es en un sentido estrictamente político, económico y social, y no una oposición por cuestión de personas o de religión o por no tener un credo religioso. La ideología izquierdista resulta primero en ser un problema político, porque ella no acepta coexistir con aquellos que piensan distintos, confrontación llevada a la máxima expresión cuando la izquierda impone su supremacía al adueñarse del Estado y obliga a aceptar su proyecto en el campo económico y social.

Aviso:
“QUIENES ESTAMOS CONSCIENTES DE LA GRAN OBRA DEL GOBIERNO MILITAR,
ANULAREMOS NUESTROS VOTOS EN LAS FUTURAS ELECCIONES (DE CONCEJALES),
EN DEMANDA DE LA LIBERTAD DE LOS SALVADORES DE CHILE ENCARCELADOS,
Y POR EL FIN DEL PREVARICADOR ACOSO JUDICIAL EXISTENTE EN CONTRA DE ELLOS”

domingo, 10 de abril de 2011

¡Sólo a los pobres les hacen justicia!

Copio, pego, modifico según mis pensamientos me gusta hacerlo aquí una nota periodística o comentario en “El País” de España que demuestra lo del título.

Todos sabemos que en muchos asuntos la justicia es como una tela de araña. Atrapa a los insectos pequeños pero los grandes o se escapan o se salvan por su $...


Crímenes económicos contra la humanidad
La Corte Penal Internacional estipula: crimen contra la humanidad es "cualquier acto inhumano que cause graves sufrimientos o atente contra la salud mental o física de quien los sufre, cometido como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil".
Desde la II Guerra Mundial hemos escuchado este concepto de “crimen contra la humanidad”, y como ha sido vulgarizado. Unos han pagado, y a otros ni siquiera los han tocado. Los nazis fueron condenados por el genocidio hacia el pueblo judío, otras razas, y adversarios de su deleznable ideología y actividad. Más los izquierdistas del Este de Europa, Asia, y otros países, se llevaron más de 110 millones y sólo algunos se enfrentaron a juicios, otros todavía son venerados por sus crímenes.


En el reciente pasado y presente , existen situaciones como las que han generado la crisis económicas, y la última ha hecho que se empiece a hablar de “crímenes económicos contra la humanidad”. Ya en los años 1950 el economista neoclásico y premio Nobel Gary Becker introdujo su "teoría del crimen" a nivel micro económico. La probabilidad de que un individuo cometa un crimen depende, para Becker, del riesgo que asume, del posible botín y del posible castigo.


A nivel macro económico, el concepto se podría usar en los debates sobre las políticas de ajuste estructural promovidas por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial durante los ochenta y noventa, ajustes que acarrearon gravísimos costes sociales sobre sectores mayoritarios de las población de África, América Latina, Asia (durante la crisis asiática de 1997-98) y la Europa del Este.


Muchos analistas señalaron a estos organismos, a las políticas que patrocinaron y a los economistas que las diseñaron como responsables, especialmente el FMI, no obstante no olvidemos que en la estructura de estos organismos, están incluídos personeros de los mismos países afectados.


En la actualidad son nuestros países, los occidentales en las que vastos grupos sociales sufren los costes sociales de la crisis financiera y de empleo, y de los planes de austeridad que se implementan para luchar contra ella.

No obstante en paralelo se debe considerar que la pérdida del trabajo y la vivienda y el sufrimiento de millones de familias que ven en peligro su supervivencia, violan los derechos fundamentales e intrínsecos del hombre, trabajar y tener son derechos que los estados deben asegurarse de proteger para todos en un marco de equidad. Las personas a las que se le violan estos derechos aumentan día a día.


Pero ¿quiénes son los responsables? Los que controlan los mercados, esa es una inequívoca respuesta.


En un artículo publicado en Businessweek el 20 de marzo de 2009 con el título "Wall Street's economic crimes against humanity", Shoshana Zuboff, antigua profesora de la Harvard Business School, sostenía que el que los responsables de la crisis nieguen las consecuencias de sus acciones demuestra "la banalidad del mal" y el "narcisismo institucionalizado" en nuestras sociedades. Es una muestra de la falta de responsabilidad y de la "distancia emocional" con que han acumulado sumas millonarias quienes ahora niegan cualquier relación con el daño provocado. Culpar solo al sistema no es aceptable, argumentaba Zuboff, como no lo habría sido culpar de los crímenes nazis solo a las ideas, y no a quienes los cometieron.


Culpar a los mercados es efectivamente quedarse en la superficie del problema. Hay responsables, y son personas e instituciones concretas quienes de una u otra manera se han adueñado de los mercados robándoles su libertad.


En una extensa y maligna complicidad tanto gobiernos como las corporaciones transnacionales defendieron la “liberalización sin control de los mercados financieros”; los ejecutivos y empresas que se beneficiaron de los excesos del mercado durante el boom financiero; los gobiernos de los estados que permitieron sus prácticas, y quienes les permiten ahora salir indemnes y robustecidos, con más dinero público, a cambio de nada.


Hay singulares ejemplos: Empresas como Lehman Brothers o Goldman Sachs, bancos que permitieron la proliferación de créditos basura, auditoras que supuestamente garantizaban las cuentas de las empresas, y gente como Alan Greenspan, jefe de la Reserva Federal norteamericana, entidad privada que regula prácticamente toda la economía norteamericana, opositor de la regulación de los grandes mercados financieros, mercados financieros que terminaron burlándose de la credibilidad pública, porque por un lado aprovecharon la libertad del mercado para sus estafas, por el otro el gobierno desregulo para ellos, pero no regulo la protección del público, y restringió la competencia estableciendo miles y miles de regulaciones para aquellos que pudieron ser la competencia de los estafadores. .


La Comisión del Congreso norteamericano sobre los orígenes de la crisis ha sido esclarecedora en este sentido. Creada por el presidente Obama en 2009 para investigar las acciones ilegales o criminales de la industria financiera, ha entrevistado a más de 700 expertos. Su informe, hecho público el pasado enero, concluye que la crisis se hubiera podido evitar. Señala fallos en los sistemas de regulación y supervisión financiera del Gobierno y de las empresas, en las prácticas contables y auditoras y en la transparencia en los negocios.


La Comisión investigó el papel directo de algunos gigantes de Wall Street en el desastre financiero, por ejemplo en el mercado de subprimes, y el de las agencias encargadas del ranking de bonos. Es importante entender los distintos grados de responsabilidad de cada actor de este drama, pero no es admisible la sensación de impunidad sin "responsables".


Este comentario esta referido principalmente en cuanto a la crisis de España, de la que mayormente es responsable la izquierda que ha gobernado casi dos tercios desde que se volvió a la monarquía democrática (1975), y en ese país se ha establecido que las víctimas de los crímenes económicos se traduce en no menos del 20% de desempleo al finalizar el 2010, y esto oscilando en esta cifra desde hace más de dos años, esto significa un enorme coste económico y humano. Miles de familias sufren las consecuencias de haber creído que pagarían hipotecas con sueldosmileuristas: 90.000 ejecuciones hipotecarias en 2009 y 180.000 en 2010.


En EE UU, la tasa de desempleados es la mitad de la española, pero supone unos 26 millones de desempleados, lo cual implica un aumento de la pobreza en uno de los países más ricos del mundo. Según la Comisión sobre la Crisis Financiera, más de cuatro millones de familias han perdido sus casas, y cuatro millones y medio están en procesos de desahucio. Ahora es interesante considerar que once mil millones de dólares de "riqueza familiar" han "desaparecido", al desvalorizarse sus patrimonios, incluyendo casas, pensiones y ahorros, vale decir la pobreza se traduce en once mil millones de dólares perdidos en un abrir y cerrar de ojos.. Otra consecuencia de la crisis es su efecto sobre los precios de alimentos y otras materias primas básicas, sectores hacia los que los inversionistas están desviando sus capitales. El resultado es la inflación de sus precios y el aumento aún mayor de la pobreza.


En algunos casos notorios de fraude como el de Madoff, el autor está en la cárcel y el proceso judicial contra él continúa porque sus víctimas tienen poder económico. Pero en general, quienes han provocado la crisis no solo han recogido unas ganancias fabulosas, sino que no temen castigo alguno. Nadie investiga sus responsabilidades ni sus decisiones. Gobiernos como el del presidente Obama, en una afán de evitar una crisis mayor para el país ha terminado protegiendo a los autores de la crisis, y el sistema judicial de defensa de los ciudadanos no los persigue.


Sabemos lo que es es un “crimen económico” y sabemos que existen mecanismos para investigarlos y perseguirlos, también sabemos que los gobiernos pueden dar marcha atrás, especialmente en aquellas sobre regulaciones que apresan los mercados en favor de las grandes corporaciones mundiales.


Islandia, un país bastante peculiar, por lo pequeño y su poca cantidad de habitantes, nos ofrece un ejemplo muy interesante. Sin cambiar su modelo de gobierno, en vez de rescatar a los banqueros que arruinaron al país en 2008, la fiscalía general abrió una investigación penal contra los responsables. En 2009 el Gobierno entero tuvo que dimitir y el pago de la deuda de la banca quedó bloqueado. Islandia no ha socializado las pérdidas como están haciendo muchos países, incluida España, sino que ha aceptado que los responsables fueran castigados y que sus bancos se hundieran.


De la misma forma que se crearon instituciones y procedimientos para perseguir los crímenes políticos contra la humanidad, es hora de hacer lo mismo con los económicos, pero chocamos con la muralla que ponen los mismos gobiernos, especialmente aquellos donde la izquierda da plena anuencia a la actividad “corporativa”. En todo el mundo debería pensarse en castigar el "crimen económico", pero que se incorpore a las tareas de los políticos y a sus discursos es muy difícil, choca con los intereses de los mismo.


Sólo nos queda a nosotros los ciudadanos/as que al entender la importancia de esta situación, exijamos de alguna manera que los políticos no sólo se preocupen de construir una democracia política, sino que deben devolvernos la democracia económica, vale decir que todos tengamos acceso equitativo al reparto de la riqueza, emprender vale decir trabajar libremente, y tener, son derechos inalienables del ser humano. Si se regula la vida de nosotros las personas comunes, con mayor razón se debe regular la actividad de los grandes en el mercado, si se desrregula en favor de ellos lo mismo con los medianos y pequeños en el mercado, así pues la justicia ya no será una “tela de araña que atrapa a los insectos chicos, y no contiene a los grandes”, sino una malla firme que atrape a todos los que quiebren la Ley, sin distinción .


La libertad debe ser un patrimonio compartido por todos,


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