No a la izquierda...

Hay que dejar bien sentado, la denuncia y la oposición a la izquierda, es en un sentido estrictamente político, económico y social, y no una oposición por cuestión de personas o de religión o por no tener un credo religioso. La ideología izquierdista resulta primero en ser un problema político, porque ella no acepta coexistir con aquellos que piensan distintos, confrontación llevada a la máxima expresión cuando la izquierda impone su supremacía al adueñarse del Estado y obliga a aceptar su proyecto en el campo económico y social.

Aviso:
“QUIENES ESTAMOS CONSCIENTES DE LA GRAN OBRA DEL GOBIERNO MILITAR,
ANULAREMOS NUESTROS VOTOS EN LAS FUTURAS ELECCIONES (DE CONCEJALES),
EN DEMANDA DE LA LIBERTAD DE LOS SALVADORES DE CHILE ENCARCELADOS,
Y POR EL FIN DEL PREVARICADOR ACOSO JUDICIAL EXISTENTE EN CONTRA DE ELLOS”

domingo, 10 de octubre de 2010


La derrota en una de las batallas del neoliberalismo... Chile.....Leer más

sábado, 9 de octubre de 2010

Sin Derechos Humanos



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El título de un libro de la periodista Gisela Silva es muy adecuado para describir lo que rodea la decisión del gobierno argentino de conceder asilo político al ex frentista Sergio Galvarino Apablaza. Como sabemos, Apablaza está acusado del asesinato del senador Jaime Guzmán, del secuestro de Cristián Edwards y de varios otros delitos. La Corte Suprema argentina había accedido a la petición de la Justicia chilena de extraditarlo para que responda en nuestro país por los crímenes de los que se lo acusa.

Sin embargo, el gobierno argentino, a través de un organismo denominado Comisión Nacional para Refugiados, ha expresado su decisión de conceder asilo político al terrorista chileno. Esta decisión dice mucho de la situación que vive Argentina y también de la evolución que ha tenido la causa de los derechos humanos.

En relación a lo último, ya hace algunos días, organismos de derechos humanos en Argentina habían pedido al gobierno de Cristina Fernández que no se accediera a la extradición solicitada por Chile. Dicha petición parecería insólita, por cuanto se supone que los organismos de derechos humanos debieran proteger el derecho a la vida, el bien primario por excelencia, y Apablaza le quitó la vida a Jaime Guzmán.

No cabe entonces sino concluir que esos organismos, en una traición a su misión y razón de ser, no están interesados en defender los derechos humanos, sino que persiguen objetivos políticos, o de otra índole; los derechos humanos son un mero pretexto para obtener ventajas políticas, cuando no económicas.

Se ha producido entonces una verdadera captura de estas agrupaciones por parte de personas cuyo fin es distinto al que proclaman. Se ha subvertido la razón de ser de esas instituciones, y no se persigue ya defender los derechos de las personas. Porque si no, ¿cómo puede entenderse que protejan a alguien que mató a otro?

Estos hechos son graves, porque despojan de legitimidad y dignidad a las actuaciones de estos grupos, haciéndole un inmenso daño a una causa loable, como es la de la defensa de los derechos humanos. Hay entonces, de acuerdo a esta manera de ver las cosas, ciudadanos sin derechos humanos, y las instituciones que dicen defenderlos han devenido, en el caso argentino al menos, en instrumentos políticos de la extrema izquierda. Sería interesante saber qué opinan sus congéneres chilenas que también están vinculadas a movimientos de izquierda. Los partidos políticos de la Concertación ya dieron su veredicto al apoyar unánimemente la solicitud de extradición de Apablaza, y ello es loable, porque demuestra que su compromiso con los derechos humanos no se agota en la defensa de la suerte de los suyos, sino también se extiende a la de sus adversarios.

Pero hay algo más que decir. ¿Qué tipo de democracia es una en que las decisiones de un Poder del Estado, el Poder Judicial, pueden ser revocadas por el Ejecutivo sin más? La precariedad de las instituciones en la vecina república, que explica su andar en los últimos cincuenta años, queda una vez más de manifiesto.

Ahora bien, la forma que ha elegido el gobierno de la Presidenta Cristina Fernández para dar a conocer su decisión ya es otra cosa. En un reflejo de lo que es la política argentina, se ha dado como explicación para conceder el asilo político que impide la extradición del ex frentista el que existirían razones humanitarias. Como es primera noticia que tenemos de que Apablaza estuviera aquejado de alguna enfermedad y como su aspecto es más bien robusto, no queda más que concluir que son razones humanitarias "truchas".

Ah, bueno... no podía ser de otra manera, y con una sonrisa triste, uno debe concluir, una vez más, que el país que estaba llamado a ser el líder de Latinoamérica en momentos promisorios para el continente; aquel que por territorio, calidad y formación de su gente debía estar disfrutando los beneficios del progreso y soñando con días aún mejores, se ha convertido nada más y nada menos que en el reino de la impostura.

Fuente

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El circo de la mariposa


Parte II

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